Un visionario en Titsa

Un trabajador de la compañía idea la manera de producir energía con 0 emisiones y más de un 100% de eficiencia

Mañana le entregarán el premio Visionario Verde en un acto que se celebrará en el Auditorio de Tenerife

Fernando J. Díaz Vilela
Fernando J. Díaz Vilela

El hidrógeno arde, al igual que arde la gasolina, pero con la diferencia de que, al hacerlo, la única emisión producida es vapor de agua, sin presencia de dióxido de carbono. Es, por lo tanto, un combustible limpio que puede perfilarse como el combustible del futuro.

En esta línea, un proyecto para el uso del hidrógeno en la producción de energía, ideado por Fernando J. Díaz Vilela, trabajador de Transportes Interurbanos de Tenerife (Titsa), se convirtió en el premio Visionario Verde dentro de la iniciativa ‘Visionarios’ del Cabildo de Tenerife resultando, asimismo, el segundo más votado en la votación popular.

“En realidad, mi idea no es más que la fusión de experiencias ya conocidas en un único sistema con tres fases que permite la máxima eficiencia: almacenamiento de la energía en forma de hidrógeno gaseoso, generación de electricidad por pila de combustible con almacenamiento del agua residual y central hidroeléctrica por gravedad”, comenta Vilela.

En resumen, se trataría de dar un uso real e inmediato a aquellos picos de energía producidos por otros sistemas de energías renovables (como la eólica, solar o mareomotriz). Vilela lo explica con un ejemplo: “Tú tienes energía, que vas a lanzar a la red, pero resulta que nadie la va a usar porque es domingo y casi no hay gente trabajando, así es que el consumo ha disminuido. Pero la estás produciendo, porque el viento sigue soplando, el sol sigue luciendo, las olas siguen batiendo…Si la lanzas a la red eléctrica, puedes sobrecargarla, o te ves en la tesitura de parar el equipo y no producirla. También existe otra opción, que es la que yo propongo: transformarla en hidrógeno que almacenarás. Cuando tengas necesidad de energía por picos de consumo, la produces desviando ese hidrógeno almacenado a la una pila de combustible”.

¿Y cómo conseguimos ese hidrógeno? El hidrógeno, en estado natural, no existe sino combinado con otros elementos. Esto, lejos de ser una desventaja, es una ventaja notable, ya que puede ser obtenido por un método tan sencillo como la electrólisis, accesible en casi cualquier lugar. La electrólisis es un proceso eficiente y limpio que sólo necesita de electricidad y agua.

El proceso consistirá en convertir la corriente alterna sobrante en corriente continua y meterla en el agua para provocar el proceso de la electrólisis, que separará la molécula de H2O en los átomos de hidrógeno y oxígeno. “El oxígeno”, comenta el ‘visionario’ “lo puedes dejar escapar a la atmósfera, porque no contamina, y el H2 lo diriges, a través de una conducción, al lugar donde has decidido almacenarlo”.

Lo excepcional del proyecto de Vilela es, entre otras cosas, que está dirigido a maximizar la eficiencia: “Esto se consigue con un método muy simple: colocar las pilas de combustible y el almacén del hidrógeno, en cotas altas. El hidrógeno sube de manera natural, no hace falta bombearlo, por lo que no tenemos gasto energético en ese proceso. Una vez que tengas el hidrógeno dentro de tus pilas de combustible, ya puedes producir la energía limpia que, sin usarla en este ciclo combinado, ya hubieses perdido”, relata con cara de mago sacando un conejo de la chistera. “Ahora bien”, continúa, “además, cuando uses la pila, porque tienes un pico de consumo y necesitas convertir de nuevo el hidrógeno en electricidad, el residuo que se produce es agua. Esta agua puede volver a almacenarse o, en caso de que fuera necesario, soltarla como en una cascada desde esa cota alta en la que hemos situado las pilas. Los saltos de agua irían asociados a otra central, en este caso hidroeléctrica, que volvería a producir electricidad”, afirma. “Si te das cuenta”, remarca con cara de satisfacción, “es un ciclo cerrado en el que no hay pérdida de energía y en el que, con toda probabilidad se obtendría incluso más del 100% de eficiencia energética”, sentencia entusiasmado.

Los usos para la pila de combustible son múltiples ya que se plantea como una alternativa a las baterías convencionales al tener unos tiempos de recarga mucho más bajos. Mientras la batería se ha de conectar a la red eléctrica, para recargar la pila de combustible sólo necesita repostar hidrógeno para seguir produciendo electricidad. “Existe un sistema similar en Gorona del Viento”, admite Vilela. “Sin embargo, se necesita mucha energía para bombear el agua hacia las cotas altas para la transformación en hidrógeno. En mi proyecto, el hidrógeno sube solo, por lo que el ahorro energético es del 100%”.

Imaginemos una Isla con 0 emisiones…”Y con la posibilidad, por ejemplo, de mejorar la calidad de las aguas de las galerías con el residuo de la pila de combustible, que es agua pura, agua destilada. Se podría mezclar en la solución que necesitara cada galería en función del tipo de agua que quisieran comercializar posteriormente y el uso que se le quisiera dar”, comenta.

Vilela propone desarrollar este sistema aprovechando las ventajas orográficas de la Isla. Por ejemplo, en las laderas de Güímar hay sitios con más de mil metros de altitud. Hay tuberías antiguas que reducirían el coste de la instalación y que bajan hasta el barranco de Badajoz con un desnivel de 700 metros. “Ahí ya tienes desnivel suficiente como para producir potencialmente energía hidroeléctrica como si fuera cualquier central de la Península”.

Antes de Primavera empezarán a venderse coches de hidrógeno que no generan emisiones. Si en lugar de ir a la gasolinera a repostar petróleo, los vehículos de la Isla repostaran hidrógeno, llegaríamos pronto al sueño visionario de vivir en una Isla con 0 emisiones.

Será mañana, jueves 26 de febrero, cuando Fernando reciba de manos del presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, el premio a su idea visionaria, en un acto que se celebrará en el Auditorio de Tenerife, a partir de las 19 horas. logo_visionarios3

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